Atención amigos y enemigos

Este viernes quiero darme unos minutos de paz para escribir sobre la guerra. Vivimos en un mundo tan polarizado, desde la baja política hasta el ecosistema de las redes sociales, que no nos enteramos de cómo nos han convertido en guerreros. De cualquier opinión que no nos sirve inventamos un enemigo y un conflicto. De una frase mal interpretada estalla un duelo a muerte. Del debate más ridículo puede surgir una conflagración. Y digo «nos han convertido» porque el sistema nos condicionó los escenarios y rediseñó los campos de batalla.

En tiempos de Napoleón y de Bolívar, para verse de frente con el enemigo había que atravesar Europa o cruzar Los Andes a lomo de caballo. Ahora basta con un tuit pasional de 140 caracteres o un post irónico de Facebook y en breves minutos estaremos inmersos en una refriega planetaria. Con la diferencia de que muchas veces ni vemos el rostro del contrincante. Ya sea porque se esconde tras un perfil falso, es un bot, o un mercenario de las redes, que sirve a los intereses de un resentido con poder o con dinero, o las dos cosas. En otras ocasiones (las peores y más tristes) el contrario es un familiar, un amigo u otro afecto cualquiera.

Lo cierto es que nos han llevado a un enfermizo estado mental de confrontación y nos hemos prestado al juego. En un ejercicio de lucidez he escuchado anoche al escritor Arturo Pérez Reverte, entrevistado en El Hormiguero, llamar la atención sobre el mundo hostil en el que transcurren nuestras vidas: «Somos tan maniqueos que no aceptamos ninguna virtud en el adversario y ningún defecto en los de nuestro bando. Lo hacemos por fanatismo, simpleza, estupidez…, a veces las tres cosas en la misma persona. Nadie que camine por el mundo, que haya visto al ser humano en situaciones extremas, puede creer que el ser humano es blanco o negro».

Pero la mayoría de las veces pasamos de los matices. En una polémica, un debate o una diferencia de pareja en la que «todo lo que tú dices es malo y todo lo que yo digo es bueno» no hay oportunidad de entendimiento y reconciliación. Todavía no lo queremos reconocer, pero hemos caído en una espiral muy peligrosa. Son los medios quienes nos condicionan la calidad del mensaje y de la contraposición de ideas. Las redes sociales, es realidad innegable, llegaron para ampliar el espectro de la transparencia informativa y del control democrático. Para no hacernos el regalo casi perfecto, sus arquitectos las dotaron de sus propios peligros: la compartimentación entre millones de grupos (que funcionan como peñas de fanáticos e ignoran todo aquello que sea incompatible con sus posiciones), el predominio de las consignas y la circulación viral de contenidos falsos.

Decía el sabio Borges que «hay que tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno termina pareciéndose a cada uno de ellos». En los últimos siete días discurrieron tres acontecimientos culturales, en apariencia nobles e inofensivos, que provocaron guerritas mediáticas entre bandos: Silvio Rodríguez con un memorable concierto en Madrid que desató las pasiones entre lo que aman la poesía de sus canciones y quienes lo creen «embajador de la dictadura»… Joaquín Sabina avisó que dará un concierto para decir «hola y adiós» y sus fans sufrieron la noticia, mientras los haters lo acusaron de «zorro manipulador»… Para otorgar el Premio Nobel de Literatura a Abdulrazak Gurnah, escritor tanzano refugiado en Reino Unido, la Academia Sueca anunció que lo eligieron «por su conmovedora descripción de los efectos del colonialismo en África y de la suerte de los refugiados, en el abismo entre diferentes culturas y continentes», pero sus detractores ya escriben que «sus libros no se conocen ni en Tanzania».

Pongo estos tres ejemplos porque los he visto dividir en dos al mundo virtual que nos rodea. Y puede que en cualquiera de esos debates crezcan ahora mismo las bajas de afectos y viejas amistades. Siempre que sucede así es porque los bandos contrarios se atrincheraron y no se dieron tregua. Quizás alguno tenía más razón que el otro. Tal vez se equivocaron las dos partes. Creo que todo sería diferente si pusiéramos un poco de atención en las razones del adversario. A veces da mejores resultados aplicar aquella viejísima (tan novedosa) receta del filósofo alemán Arthur Schopenhauer: «Los amigos se suelen considerar sinceros; los enemigos realmente lo son: por esta razón es un excelente consejo aprovechar todas sus censuras para conocernos un poco mejor a nosotros mismos. Es algo similar a cuando se utiliza una amarga medicina».


«Todas las guerras son malas, pero la guerra civil es la peor de todas, pues enfrenta al amigo con el amigo, al vecino con el vecino, al hermano contra el hermano. Hace casi 80 años, entre 1936 y 1939, en tiempos de nuestros abuelos y bisabuelos, una espantosa guerra civil tuvo lugar en España. Causó miles de muertos, destruyó hogares, arruinó el país y llevó a mucha gente al exilio. Para evitar que tan desoladora tragedia vuelva a repetirse nunca es conveniente recordar cómo ocurrió».

Arturo Pérez Reverte

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Escribió Pablo López: «Ven y háblale de frente a tu enemigo», aquí lo canta con Juanes

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Un coctel cortesía de Mojito News

La receta de mojito: Prepara tu Black Russian (+18/Histórico)

Black Russian es todo un coctel clásico de la Guerra Fría. Apareció por primera vez en el año 1949, de manos de Gustave Tops, barman del hotel Metropole, en Bruselas. Se dice que fue creado en honor de Perle Mesta, entonces embajador de Estados Unidos en Luxemburgo. El nombre de la bebida se debe a la presencia del vodka, bebida rusa por excelencia, así como al tinte oscuro que toma la bebida al añadir el licor de café.

Ingredientes

  • 5 cl de vodka
  • 2 cl de licor de café

Preparación

Coloca hielos en el vaso, añade el vodka, el licor de café y remueve con suavidad. Decora con una pajita y una guinda.

Este cóctel se puede preparar con otros ingredientes: al sustituir el licor de café con brandy de cereza se obtiene el Red Russian; si se hace con licor de menta se llamará Green Russian.

Algunos prefieren añadirle coca-cola y lo convierten en un Dirty Black Russian, una de sus variantes más conocidas.

6 comentarios en “Atención amigos y enemigos

  1. Excelente y muy «a quien le sirva el sayo» artículo, mis parabienes!
    Por cierto, que putada como botaron al Yotuel de MasterChef por una poca de azúcar 😂😂😂

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  2. Que bueno Felix, lo estoy compartiendo con la generación de 18 a 31 (los z y milenials). Estos dos grupos necesitan estos trabajos periodísticos, pues la mayoría ven los efectos y no las causas. Un abrazo desde Matanzas ,Cuba.

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