
John le Carré, en El espía que surgió del frío (1963), definió que «el trabajo del espionaje tiene una sola ley moral: se justifica por los resultados». Mucho antes, Mata Hari, la mítica confidente, acuñó una suerte de licencia que se convirtió en escudo de sucesivas generaciones de agentes: «Si alguien dice que me proporcionó información secreta, el delito lo cometió él, no yo».
La historia está llena de topos en todos los países. Hombres y mujeres entrenados para conseguir en la oscuridad información privilegiada o de interés en temas políticos, militares, empresariales o de gobierno. Algunos de ellos alcanzaron fama como espías magistrales. Mojito News los acerca a los cinco más célebres y les propone libros donde conocerlos mejor.

Mata Hari: la espía seductora
Actriz y bailarina holandesa, Margaretha Geertruida Zelle, fue reclutada tras un divorcio. La oficina de contraespionaje británica la entrenó y enmascaró tras una exótica bailarina de danzas hindúes. Durante la Primera Guerra Mundial utilizó su atractivo para seducir a militares de alto rango y obtener información de alcoba que después pasaba al gobierno británico, pero también a los alemanes. Pillada en su doble juego fue fusilada en París en octubre de 1917.

Juan Pujol: el trol de Hitler
Es considerado el más famoso de los espías españoles. Durante la Segunda Guerra Mundial logró engañar al mismísimo Hitler. Se integró a los Servicios de Inteligencia británicos después del odio que cultivó hacia el fascismo durante la Guerra Civil Española. Su objetivo para el MI5 era conseguir información sensible y desinformar a Hitler. Como parte de su plan para descolocar al Führer, Pujol hizo creer al dictador que un desembarco aliado sería en Calais, a 250 km de donde ocurrió en realidad. Su nombre de agente secreto era Garbo y fue condecorado con la Cruz de Hierro alemana y con la Orden del Imperio Británico, algo insólito en la historia.

Mark Felt: el verdugo de Nixon
William Mark Felt era el segundo al mando del FBI cuando se destapó el Watergate. El escándalo de las grabaciones a la oposición demócrata en los Estados Unidos, que terminó con la vida política de Richard Nixon. Fue él quien proporcionó desde la sombra toda la información a dos reporteros (Bob Woodward y Carl Bernstein), quienes forzaron la dimisión del presidente en agosto de 1974. Se considera el caso de espionaje con más consecuencias políticas en la historia. Durante treinta años Felt negó ser el «garganta profunda» de los periodistas, pero en 2005, siendo Director Asociado del FBI, reveló que había sido el denunciante sin rostro.

Sr. Richebourg: espía de 58 centímetros
Ser enano se convirtió en su principal fortaleza como espía. Escondido en sus 58 centímetros de estatura logró notoriedad como agente secreto en los finales del 1700. Sus métodos de espionaje eran tan singulares que con 21 años fue reclutado por una de las facciones de la Revolución Francesa. Su misión era la de pasar información de París a Orleans. Memorizaba los mensajes y se disfrazaba de bebé, para cruzar la frontera envuelto en mantas, como un recién nacido. En ocasiones «dormitaba» en un carrito de infante, que colocaban junto a los oficiales, para captar sus conversaciones sin levantar sospechas.

Ramón Mercader: el asesino de Trostki
El segundo espía español entre los más notorios. Miembro del Partido Socialista Unificado de Catalunya, Mercader sirvió como agente a los servicios secretos soviéticos. Al terminar la Guerra Civil Española, los bolcheviques decidieron entrenarlo en técnicas de espionaje. Cambiaron su identidad y lo convirtieron en Jacques Mornard. El objetivo de su gran misión fue el de asesinar a Trostski, exiliado en México desde 1930. Mercader acabó con la vida de Trotski, golpeándole en el cráneo con una herramienta de escalada. Durante el tiempo que cumplió condena por el homicidio mantuvo su identidad real en secreto. Al quedar en libertad viajó a la URSS y fue condecorado como un héroe.






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La receta de mojito: Prepara tu coctel Mata Hari (+18/Misterio)
De los cinco espías de esta entrada, elegimos la bebida dedicada a la única dama. El coctel Mata Hari contiene una mezcla tranquilizante para cualquier misión arriesgada.
Ingredientes
- 3 Partes de Vodka Absolut
- 1 Parte Ron especiado
- 1 Chorrito Licor de avellana
- 1 Chorrito Refresco de lima
- 1 Giro Limón
Preparación
Colocar hielo en una copa de cocteles. Añadir los ingredientes, remover y decorar con limón.
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