
Amanece oscuro el lugar con más horas de sol de toda Europa. En la Almería que «nunca llueve» hoy no quiere escampar. «¡Qué raro todo!», me escribe una amiga desde el otro lado del mundo… Abro un yogurt y comienzo el zapping habitual del desayuno. El 1 habla de guerra. El 2 de Putin. El 3 de Zelenski. El 4 de la OTAN. En tele 5 una periodista suelta misiles por palabras. Detengo el mando y escucho a María Jamargo: «Ni los que bombardeaban eran tan malos ni los bombardeados eran tan buenos».
Nadie la contradice. Detrás aparece la más conocida pintura de Picasso y el generador de caracteres ha colocado #Guernica. Antes de que me noquee la vergüenza salto a Twitter y chequeo las tendencias. Comienzo a entender de dónde viene el disparate facho de la Jamargo. Hace unas horas el presidente de Ucrania le habló en remoto al Congreso de los Diputados españoles. Y el discurso efectista le ha salido de puta madre. Les advirtió de la similitud entre Guernica y Mariupol y los ha puesto a discutir sobre la Guerra Civil. En la despedida lo aplaude hasta la bancada de la izquierda.
¿Quiénes manejan la imagen de Zelenski? ¿Quién escribe sus discursos y guiones? ¿Por qué tiene más fuerza ideológica que la izquierda española y más mala leche que VOX y el resto de la derecha? ¿En cuál universidad graduaron a María Jamargo? Vuelvo al zapping y en la sexta repasan el perfil de Zelenski: «Es licenciado en Derecho, actor, guionista, director de cine y de televisión». Los tertulianos se deshacen en elogios. Ninguno dice que no hay mejor formación imaginable para un político del siglo XXI. Zelenski ya se sabe con el Oscar y ha saltado al mundo real con el mismo éxito con que interpretó como actor a un Presidente.
Apago la tele y enciendo el ordenador. La pantalla en blanco no deja de ser un delicioso reto. Me conecto a los recuerdos de mi natal Guernica. Un barrio marginal camagüeyano con nombre de pintura famosa. Allí nunca supieron explicarme porqué la llamaron como la villa vasca bombardeada por la aviación alemana de Hitler y la Italiana de Mussolini. Aquel abril de 1937 alrededor de 50 aviones Heinkel 111 y Junckers 52 se ensañaron durante tres horas sobre la población española. Cuentan los historiadores que las bombas incendiarias destruyeron más del 85 por ciento de la infraestructura y mataron a 1600 niños, mujeres y hombres.
En aquella ocasión, el general Francisco Franco achacó la destrucción de Guernica a «la acción de los mineros rojos y combatientes vascos del PNV que le habrían prendido fuego en la retirada». Zelenski sabe de las heridas que esta historia ha dejado en España. Y les echa en cara que Putin ya ha superado la barbarie de Guernica. Reclama armas y pide que las empresas españolas dejen Moscú. Las llama por sus nombres: Porcelanosa, Maxam y Sercobe. Al cierre ha gritado «¡Gloria a Ucrania! Y se ha ido de cámara con un aplauso atronador.
Lo ocurrido en el Congreso de Diputados de España es otro capítulo del reality. A los estadounidenses Zelenski les refrescó la memoria sobre el ataque a Pearl Harbor y los atentados del 11 de Septiembre: «Os pido que recordéis cuando fuisteis atacados. Os necesitamos ahora». A los Lores, frente a la Cámara de los Comunes del Reino Unido, les citó a Winston Churchill: «Lucharemos hasta el final, por mar, por aire. Seguiremos luchando por nuestra tierra, cueste lo que cueste». Ante la Asamblea de Francia apeló al símbolo de la Revolución. Frente al Parlamento de la República, en Italia, utilizó como símil la destrucción de Mariupol y de Génova. A todos les arrancó aplausos y promesas de armas y sanciones a Rusia.
Gracias a Zelenski y a la inconsistencia antifascista española #Guernica es tendencia en las redes sociales. La pintura de Picasso ha saltado a los medios como un recordatorio de la barbarie. La obra, resguardada en el Museo Reina Sofía de Madrid, fue realizada por encargo del director general de Bellas Artes, Josep Renau, a petición del Gobierno de la Segunda República Española para ser expuesta en el pabellón español durante la Exposición Internacional de París (1937). Picasso, exiliado en Francia, aceptó el reto y recreó sobre el lienzo de siete metros la historia que le contó su amigo y protector Juan Larrea.
Así lo relató a El País (21 de octubre de 1979), José María Ucelay, el que fuera director general de Bellas Artes del Gobierno vasco durante la guerra civil: «Picasso, que era un inculto, no tenía ni idea de la motivación política del Guernica ni tampoco sobre cuáles podrían ser los efectos de un bombardeo; así es que Larrea utilizó el siguiente ejemplo: tú imagínate a un toro, en medio de una plaza, al que han estado hiriendo sin piedad. El dolor del toro es tan intenso que logra escapar del ruedo y entra, furioso, en una tienda de porcelanas, donde hay delicadas figuras de todo tipo, personas, animales… El toro se desahoga en el interior de la tienda. Cuando se haya marchado ¿te imaginas cómo habrá quedado la tienda? Pues así, más o menos, está ahora la villa de Guernica».
Picasso imaginó el bombardeo a partir de la recreación fantástica de Larrea. Ese es el origen de su gran obra surrealista: la luz artificial, las ventanas, el escaparate, las personas, la bombilla, el caballo, incluso el toro… todo quedó inmortalizado ahí, «para desesperación de los críticos e intelectuales que han pasado la vida interpretando estas supuestas incoherencias de forma asombrosa», dijo Ucelay en la entrevista, con risa maliciosa… Lo cierto es que la icónica pintura bien puede representar la barbarie y el terror de todas las guerras. Sentencia una hermosa canción de Jorge Drexler que «no hay rojo más intenso que los grises del Guernica». Mientras escucho sus décimas, vuelvo a pensar en el remoto y triste origen del nombre de mi barrio.

La receta de Mojito: Un Patxaran a la memoria de Guernica (+18/Homenaje)
El patxaran es quizás una de las bebidas más antiguas de todo el País Vasco. Se tiene constancia que grandes reyes Navarros tomaban esta bebida tanto en las bodas reales como en el día a día. El patxaran se produce de las endrinas recolectadas por todo el País Vasco pero sobre todo Navarra. No está clara la procedencia del término «Patxaran» pero parece ser que proviene de dos palabras vascas: «paitar», licor en euskera y «aran», endrino es euskera.
EN TRASTIENDA.SHOP ESTAMOS CONTRA TODAS LAS GUERRAS
Hace solo unas horas mencioné la obra del genial español, su narrativa dolorosa de los que no crean las guerras, esta va a ser una guerra quizás no mundial, pero si de efectos mundiales, yo tomo partido, pero no es el marco para levantar banderas, sobre todo en medio de una parcialidad informativa.
Si tengo claro que la guerra con o sin razón es mala para todos, pero no creo que se pueda comparar lo ocurrido en Guernica con lo que ocurre hoy, a la distancia es mucho más sencillo discernir entre culpables y víctimas, no obstante a ellos los culpables gobernaron el país ibérico hasta los 70 y siguen siendo una fuerza dentro del territorio.
una de las cosas que me hicieron tomar partido y saber que posición adoptar ante la diversidad informativa fue saber quien recibió los aplausos del órgano legislativo español, que siempre acierta a aplaudir a los que no tienen la razón a expensas de perjudicar a aquellos a quienes representa.
Me gustaMe gusta